Basta solo con un solo ojo para observar lo que realmente es importante.

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jueves, 26 de septiembre de 2019

Crecer, creer.

La mar 
la calma 
la serenidad 
la tranquilidad
las olas 
la espuma 
la sal 
la paz 
la vida 
la angustia 
la depresión 
la agonía 
la sobriedad 
la soledad 

El muchacho 
calmo 
sereno 
tranquilo 
plano 
insípido
paciente 
vive (o sobrevive) 
angustiado 
depresivo 
agónico 
sobrio
sólo 

Camina, marca, se cae y se levanta 
Camina, se planta, crece y se marchita 
Se arrastra, se cae y se vuelve a plantar
El muchacho ahora aprendió a correr, se 
cae más rápido, se arrastra menos y no se 
planta, ahora ya vuela. 
El muchacho aprendió a volar, ya no cae. 
Ahora observa a los caídos, ahora planta 
y es progenitor de sus raíces. 
El muchacho aprendió a observar, no vuela,
ahora mira y es cómplice del recibimiento 
de otros ojos.
El muchacho ahora experimenta 
sensaciones, emociones y cambios viscerales.
El muchacho dice que quiere querer, 
quiere tener y quiere sufrir. 
Ahora quiere y también sufre, sufre por no 
tener lo que quiere y quiere aquello que lo hace
sufrir. 
El muchacho siente, siente cómo se siente
al sentir sentimientos que antes no sentía. 
Ahora dice de amar, amarrar y desarmar 
el corazón que está por salir. 
Salir a amarrar el amor y desarmar sus conflictos.
El muchacho dice que buscó en el diccionario 
la palabra “amor” y se siente significado. 
Ahora dice ser persona cual baúl de cosas 
que a veces no puede sostener y lo desbordan. 
 El muchacho pese a todo eso se siente bien, 
bien amado por aquellos ojos que lo hacen caminar, 
correr, volar y cómo golpe rotundo, caerse al piso. 
El muchacho, ahora es alguien.