Basta solo con un solo ojo para observar lo que realmente es importante.

Basta solo con un solo ojo para observar lo que realmente es importante.

martes, 18 de octubre de 2022

2

A veces quisiera irme a dormir viendo atardeceres y despertar bajo la manta rojiza de los amaneceres. Tener esa sensación de no saber dónde estoy, pero con la seguridad de entender que ahí debo estar. Sentir que no soy parte de nada y a la vez entender que todos somos parte de algo. Caminar por lugares diferentes mientras el viento choca con mi pelo y la experiencia de conocer se hace importante, agradecer que los estantes hoy están un poco más ordenados, agradecer que puedo cerrar la puerta de casa sin pasar llaves. Aflojar sobre lo absoluto y permitirme aceptar que la paz entró por mi casa, porque la puerta estaba sin llaves. 
Permitir qué las plantas me vean crecer como cual semilla que un día fuí, sonreír por los logros que en la maceta se fueron agrandando y llorar de felicidad por los desafíos que están floreciendo. 
Y si es necesario regarme el pecho de amor, y si exploto? No me importa, dicen que el estallido de una estrella permite el renacer de cien o mil, o cien mal más, de verdad es que no estoy seguro de ese dato, pero tampoco quiero negarlo. Mucho tiempo tuve miedo de sentir hasta explotar, después entendí que era una condición humana con un patrón en particular, el amor. 
También entendí que somos tan similares como una estrella, ese proceso de iluminar espacios y sentir que somos únicos. Esa particularidad de ver que somos un montón pero con una intensidad distinta, con una carga de energía que a cada uno de nosotros nos hace sentir especial o espacial en algunos casos. Vamos quemando etapas y en el medio vemos pasar circunstancias que nos acomplejan y nos limitan a radiar nuestra luz, a veces esa luz se vé interferida por una lluvia de meteoritos que cuando llega, se hace notar. Y ahí vamos, intentando sobrellevar una carga de luz propia, intentando aceptar que todos somos parte de algo pero a la vez cada uno es dueño de los callejones que quiere iluminar. 
Existe una etapa que nuestra energía se puede incrementar, esto ocurre cuando somos parte del proceso de conocer a otra estrella, otra estrella que nos ilumina tanto que nos hace formular instantáneamente esa pregunta de, donde estabas?. Ya no querés brillar solo, ya no querés ser único en un espacio, ya no querés dar luz por nada. Aprendes a compartir y entender que dos estrellas iluminan más que una, y que la energía compartida es parte del universo más lindo. Entendés qué ya no sos una semilla, entendés qué creciste, no sólo como estrella sino como parte de un todo y eso cobra sentido. Y los sentidos se ven reflejados en esa otra estrella, ya no se apagarán, brillarán juntas, irán a la par, apareciendo cuando los atardeceres se apaguen y yéndose cuando los amaneceres despierten.