¿Y si te cuento algo sobre mi cabeza? Debería decirte que ya no te extraño .
Más bien siento una sensación sobre el lado superior izquierdo de mi torso, justo al lado de la axila, cerca del final de mi pecho.
Justo en esa parte tengo una sensación difícil de expresar, que me apuñala, me expone, me maltrata suavemente, me habla a voz baja como si fuera un cuento mal logrado.
En otras palabras, qué son diferentes y a la vez las mismas, no te echo de menos pero mantengo esta sensación extraña, estridente, electrizante y un sinfín de adjetivos que suenan caóticos o quieren sonar así, que pretenden sonar así.
¿Acaso alguien o algo me va a decir cómo deben sonar las palabras? ¿Con quién habló? ¿Te temen mis palabras? ¿Qué pretenden ustedes de mi?
¿Nosotros, nosotras? Nada, solo vinimos a escuchar y ver cómo intentas escapar. (Risas, risas y más risas). La taza de cristal se cae y produce un estruendo con sonido que rechifla.
Entonces quiero que hagan silencio, abran sus ojos y observen.. Quiero que su cuerpo se retuerza en el ambiente espeso de partículas punzantes. Quiero que sientan como cruje esta sensación que tengo. ¿La escuchan?
Hagan por favor un poco de silencio, aún más y sientan como grita esta sensación justo al lado de mi axila. Reitero, ¿la escuchan? ¿Pueden sentirla?
Pueden quedarse a escuchar la ardiente súplica de mi cuerpo, pueden quedarse, pueden.
Yo, quizás me vaya al fondo de aquella pared. Donde la luz no llega, envuelto bajo la superficie gélida y plana. Envuelto bajo esa sensación qué me sumerge. Ahí estaré, ahí, ahí.
¿No me escuchan? Pueden oler, cerrar los ojos y captar el aroma de mi. Lo único que me queda, lo único que dejaré.
Me fui.
Basta solo con un solo ojo para observar lo que realmente es importante.
lunes, 27 de mayo de 2019
jueves, 23 de mayo de 2019
Fusión
Me pregunto, ¿cómo haces
para mantener la serenidad cuando las
palabras, qué tan bruscas y despiadados
trazos dan, perforan sutilmente este óleo
tan fresco, casi irreal?
¿Qué pasa cuando lo qué día a día
intentas demostrar,
tan firme se manifiesta que es capaz,
rumbeando por ahí,
de volverse realidad?
No sé si toqué fondo o el fondo aún esté
en el más tembloroso de todos los
espacios que pisé
La simpleza, de lo cotidiano,
belleza de lo inmenso
dicen.
De que te quiero, no tengo dudas,
De qué me querés, tampoco.
Y si la conciencia desata en mí la
pregunta de, qué algún nombre debería
ponernos,
me convertiría sin pensarlo en un
palindromista.
Así cuando de revés nos toque estar,
al igual que al derecho,
sepamos cómo encontrarnos.
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