Basta solo con un solo ojo para observar lo que realmente es importante.

Basta solo con un solo ojo para observar lo que realmente es importante.

martes, 10 de agosto de 2021

Todo

Quédate, 
me dijiste. 

Ahí estaba, 
ahí, 
ahí, en tu rincón.
Mirabas,
te miré, 
y ahí me quedé.

Me desarmé 
por un instante sereno, 
turquesa, 
sin furia, 
sin clamores.

Y te miraba
porque mientras 
tu sonrisa brillaba 
cómo los fuegos 
de mi paraíso que está lleno de voces, 
diciéndome a gritos 
lo irrepetible que sería ese momento, 
vos ahí, 
cruzando la simpleza de lo bello 
y atravesando un corazón sin armadura 

en otro lugar 
probablemente no te encontraría 
en otro lugar quizá
no creería en las coincidencias 
en otro lugar, si pudiera 
elegiría que si te veo,
la lluvia nos moje de nuevo.

Y acá estoy, 
mirando mi pensar 
y recordando cada sorpresa 
de instantes latentes qué guardaste en mí, 
justo ahí, 
justo ahí, donde suelen surgir huracanes de emociones 
y donde se suelen quedar miradas cómplices 
te quedaste
y se siente tan bien tenerte latente.

Y justo allí, 
en ese paraíso 
empiezo a sembrar 
tu esencia.

Te voy cuidar,
te cuido,
y mañana florecerás
cómo con la ira de Dios
pero sin ira 
y sin Dios.