Basta solo con un solo ojo para observar lo que realmente es importante.

Basta solo con un solo ojo para observar lo que realmente es importante.

lunes, 16 de diciembre de 2019

Todo se parece

Te quiero
Me dí cuenta que un pelo tuyo se había quedado en mi buzo,
bajaba cuál cascada aterrizando en mi manga de lana
y por ahí, a la altura de mis tetillas había otro de tus pelos
y en mi bufanda algo chismosa se encontraban tres pelos más
tuyos, locos pero tuyos.

A veces, cuando camino por las calles de mi barrio
y por ahí veo los cables escabullidos entre columnas
que casualmente también se parecen a tus pelos (libres)
me pregunto si estaré o estoy quedando loco, porque levanto la mirada y hay formas de nubes
que tienen forma de vos.

Y si te digo qué hay veces que los pájaros me hablan
Si, me hablan y casualmente su canto dulce me hace acordar a vos
A tus mimos, a tus manos, que saben llenarme de mimos
Y la conexión del no hablar pero del sí imaginar, me hace acordar a un mimo.

¿Que loco no? qué loco, que tanto amor quepa dentro de dos personas,
qué loco que ahora me encuentre acostado y recuerde la vez que estábamos juntos y te dije que tenia ganas de leerte mis textos, esos pedazos de letras entrelazadas con sentimientos a punto de ser oraciones o simplemente letras que quedarían en el olvido de mi psiquis.

Ahora sonrío y me acuerdo que comencé a leerte ésto que aún no tenía un final
ahora no sonrío y digo, puta y desgraciada la vida qué me hace poner un punto final
y volvió, volvió ese bicho, ese bicho que duerme mansamente durante un período de tiempo indescifrable
despertándose con un fervor incontrolable.

Pica, muerde, daña y duele
burlándose de los simientes desgastados
ahora que ya es tarde, y la tarde con ella trajo lo que quedaba del Sol
sólo me quedo acá, en la oscuridad bajo las nubes que una vez me guiaron a vos
bajo las paredes donde una vez fuiste vos
bajo las sábanas donde una vez te enredaste vos
bajo la voz y me callo, me callo para susurrar los últimos suspiros

Cierro los ojos y me traslado
y me dejo llevar
y me dejo arrastrar
y me dejo dejar caer
y me dejo abrazar, controlar, aturdir y percibir la compañía de éste bicho
qué algunos llaman, miedo.

martes, 10 de diciembre de 2019

The end

Todo se mueve lento y difuso,
mis caderas empiezan a seguir el ruido atómico de las ondas sonoras
mi gusto amargo hace retorcer mi lengua
hasta quebrajar los golpes sanguíneos.

De una fase a la otra experimento como mis ojos empiezan a quedar
arenosos y exhaustos
el sonido cósmico de un avión penetra bruscamente mí sien
y los tejidos de mi cerebro comienzan a danzar y galopar,
danzar y golpear.

Golpean los puños en la puerta de mi garganta
y sube, sube el escalón de pasto negro
con condimentos galácticos
y sube, sube y baja elocuentemente mi pie sobre la cabeza de un gato.

El viaje finalizó, hora del Sol.

Fuiste el universo de mi planeta y hoy sos una estrella, 
fugaz
o el mar en calma cuando hay tormenta 
o el fuego cuando enciende al agua 
o la tierra, la tierra seca
porque cuando se moja, es desgracia.

Desgracia a amar, a llorar, a soltar, a amarrarse. 
Desgracia a amarse.  

sábado, 23 de noviembre de 2019

Terminaciones

Voy a andar sólo sin correr
Voy a andar sólo si rencor
Voy a hablar sólo y con vos
Voy a morder lo qué fué
Abrazo al hierro sin partir
Siento el sueño dentro de mí, siento el despertar, siento el despertar
Se siente bien
Y cayó el sol

Ya no miro más allá de lo qué fué la realidad
La arena se escapa y en ella vos
En ella vos, cayendo porque vos te esfumaste
Es fumar y recordarte
Te
amo
nos fuimos porque somos ésto

Todo el tiempo
porque los sueños fueron desparpajos
pájaros que salieron del nido y sin saber volar
volátiles e ingenuos, cayeron
Ron fué lo que tomé para ahogar (me) en penas

Abrazo el apretón de brazos que me diste
Y así también se fué tu aroma en el viento
Y con él tu persona o lo que creí que eras
Eras
Eso
O ésto
Porque eso fuimos


miércoles, 20 de noviembre de 2019

Ahora

No me lo expliques más, ya no quiero que te disculpes
y me digas que el miedo llega a vos y vos no podes pelear con él.
El mundo nos reprime de la libertad,
y la verdad que a mí me encanta verte libre por el mundo,
atravesando las barreras opresoras de la sociedad qué con sus manos,
enloquece nuestras cabezas.
Ya no quiero que me expliques el por qué,
ni de qué trata y tampoco quiero saber como terminará.
Me gustaría decirte que me quedo con el comienzo
y eso me basta,
me basta para saber qué la libertad es un fuego sin control,
un fuego que se expande sin límites,
un fuego que arde tanto que siento el amanecer en mi pecho
 y en él, ardés vos.

viernes, 1 de noviembre de 2019

Aún estoy acá

Hoy me despierto, luego de noches enteras
estando durmiendo con mis extremidades
enredadas en los hilos engorrosos de
mi cama.
Hoy me despierto, me despierto y pienso
en las noches de desvelo que escribí
infinitas palabras que salían de mis ojos,
palabras sentidas y palabras desafiantes.
Hoy me despierto, me despierto y pienso
en los momentos que me hubiera gustado
recibir un mensaje, una señal o
simplemente una respuesta del cielo
sobre tu vida, sobre tus andanzas, sobre
tus encuentros y desencuentros, con vos.
Hay momentos, momentos que me hubiera
gustado ser esa almohada donde reclinas
tu cabeza y la apoyas sobre ella,
sobre la seda fría para calmar tus
angustias e indecisiones.
Hay momentos, momentos que me gustaría
ser el agua qué bebes
para así poder conocerte por dentro,
para mojar tus entrañas.
Hay momentos, momentos que me gustaría
haber sido un momento, para que
me recuerdes y quieras volver conmigo,
a recordarme.
Que me recuerdes y te acuerdes de la
conexión sideral de nuestras cabezas.

sábado, 12 de octubre de 2019

Saltar

Mirando el piso, rodeado de los grandes monstruos del monte, 
es igual que ayer, va a ser igual mañana 
volví a dejarme caer en las olas de primavera, otra vez primavera
y quiero que entiendas, la sobredosis me mató 

La sobredosis de gotas rojas cayendo en las hojas, 
que al parecer se parecían a mi piel
 mi piel conformada por hojas
hoy se moja
roja
cae

Y
tu voz
me susurra de nuevo
y mis huesos como truenos, gritan
y mis pies anclados en el lodo sufren la fase del deliro
otra vez

Renazco
con olores de octubre
con gustos agrios de fin de año
con vos,
dentro de mi mochila cargada
queriendo escapar, queriendo abrir algo,
que habíamos cerrado.


jueves, 26 de septiembre de 2019

Crecer, creer.

La mar 
la calma 
la serenidad 
la tranquilidad
las olas 
la espuma 
la sal 
la paz 
la vida 
la angustia 
la depresión 
la agonía 
la sobriedad 
la soledad 

El muchacho 
calmo 
sereno 
tranquilo 
plano 
insípido
paciente 
vive (o sobrevive) 
angustiado 
depresivo 
agónico 
sobrio
sólo 

Camina, marca, se cae y se levanta 
Camina, se planta, crece y se marchita 
Se arrastra, se cae y se vuelve a plantar
El muchacho ahora aprendió a correr, se 
cae más rápido, se arrastra menos y no se 
planta, ahora ya vuela. 
El muchacho aprendió a volar, ya no cae. 
Ahora observa a los caídos, ahora planta 
y es progenitor de sus raíces. 
El muchacho aprendió a observar, no vuela,
ahora mira y es cómplice del recibimiento 
de otros ojos.
El muchacho ahora experimenta 
sensaciones, emociones y cambios viscerales.
El muchacho dice que quiere querer, 
quiere tener y quiere sufrir. 
Ahora quiere y también sufre, sufre por no 
tener lo que quiere y quiere aquello que lo hace
sufrir. 
El muchacho siente, siente cómo se siente
al sentir sentimientos que antes no sentía. 
Ahora dice de amar, amarrar y desarmar 
el corazón que está por salir. 
Salir a amarrar el amor y desarmar sus conflictos.
El muchacho dice que buscó en el diccionario 
la palabra “amor” y se siente significado. 
Ahora dice ser persona cual baúl de cosas 
que a veces no puede sostener y lo desbordan. 
 El muchacho pese a todo eso se siente bien, 
bien amado por aquellos ojos que lo hacen caminar, 
correr, volar y cómo golpe rotundo, caerse al piso. 
El muchacho, ahora es alguien. 

domingo, 25 de agosto de 2019

1+1=1

Ese rostro ya lo había visto, la expresión de las cejas fruncidas en el reflejo de un espejo sucio de algún auto mal estacionado de la ciudad. O quizás en las ventanas de una edificación abandonada y dejada a horas de partir en polvo sus pies. Ese rostro me hace que lo ví en la botella de un vino añejo, el cual destapé para celebrar algún logro estúpido que posteriormente fracasó y quedó en el camino bajo las rocas de la desgracia.
Hoy volví a ver ese rostro, lo ví en la parte cóncava de un artefacto que desconozco el nombre pero se utiliza para secar las manos o regenerar los dedos húmedos. Ahí estaba, observándome y dándome la bienvenida a su sito, el baño de un sucio bar trastornado con el pesar de los años por la enorme cantidad de musgos en sus paredes.
Un rostro que me juega una fiel batalla y no me da respiro a qué agache mi cabeza, me mira, me conoce, me investiga y sabe que el miedo en mí toma forma de cuerpo y sobresale  de mi contorno de piel erizada. Inclino mi cabeza para beber agua del grifo y así humedecer mi secante garganta. Mis pupilas se dilatan, mi corazón late aceleradamente, mis pulmones se contraen, los dedos de mis pies se retuercen hasta generar un dolor inquietante. Otra vez, otra vez ese rostro que tantas veces me había desafiado en momentos de mi vida, volvió.
Volvió en forma de furia, así como un volcán vomitando lava ardiente por todo su alrededor, volvió. Ahora que mi cuerpo se encuentra débil bajo los ojos del cielo, ahora que mis piernas no sostienen el equilibrio por el desorden emocional de mis huesos, volvió.
Le grito para que me vea y se asuste, para que me observe detenidamente y crea que soy valiente, le grito porque ya no le temo. Ya no le tengo miedo, mentira. Estoy siendo sarcástico y él lo sabe, él sabe que fue el maldito verdugo de los momentos más inquietantes y desequilibrios desafortunados en varios de mis pasajes, de los cuales nunca pagué boleto. Sabe todo sobre mí, sabe de los errores que cometí, sabe de las oscuridades que atravesé donde la única luz que había era en noches de Luna llena.  
Y hoy volvió, para hacerme entender qué el fuego no solo quema cuando arde, que el agua no solo ahoga cuando te sumerge y que el viento no solo sopla cuando te tira. Hoy volvió y me hizo entender que éste soy, cómplice de mi reflejo, cómplice de mi imagen proyectada donde yo la quiera ver. No solo comprendí lo importante que es observar, también entendí que ese rostro era yo. 

martes, 13 de agosto de 2019

Martes 13

Hay momentos que las palabras traen recuerdos, o hay momentos que esos recuerdos forman palabras llenas de frágiles latidos que quedarán en el olvido o en un simple suceso. También ocurre qué hay simples recuerdos que traen a sus espaldas grandes momentos que casi las palabras no están presentes. Ahora que lo pienso, hay espacios que se hacen cómplices del decir de muchas palabras pero es tan ausente la realidad de las mismas, que ese espacio es gigante y las palabras tan pequeñas que nada significan.
Hay momentos que casi la orilla del mar no se ve, la ola lo es todo. La rabia se hace espuma y las lagrimas la sustancia más envolvente sobre la piel. Hay momentos que la arena se pone en mi boca y me hace tragar cada grano. Hay momentos que no hace falta comprender nada para saber que perdimos todo, o también no forzar aquello que queramos para quedarnos sin nada.
Hay momentos que me siento parte de la coreografía monótona de ésta sociedad encandilada por los semáforos de la ciudad. Cuando se dispara la señal verde nuestros cuerpos se desplazan tranquilos, cuando llega la señal del color amarillo nos apresuramos, nuestras extremidades vacilan torpes y con sentidos nerviosos, y en el rojo, en el rojo es donde los verdaderos pura sangre se ven a los ojos, donde nos preguntamos si arriesgarse o morir en el intento valdrá la pena. Hay momentos que soy esto y todo lo otro, o aquello qué está por allá, en una esquina bajo la mugre de recuerdos. Un Martes 13 me trajo un tanto de todo para hacerme saber que los momentos son luces, difusas, claras, engorrosas, visibles o no. Pero luces, luces verdes, amarillas o rojas.

domingo, 14 de julio de 2019

LUNAres

Hoy me desperté soñando con tus lunares, desperté creyendo qué tus lunares eran míos y qué la conexión de nuestras pieles era solo una. Hoy me desperté y creí que era un lunar, de tu cuerpo. Y la verdad me encantó creerme que era parte de vos, al menos un lunar.
Luego me observé en el espejo y vi que mi rostro era casa de más lunares y ahí mi incertidumbre fue muy grande, será que me contagiaste una enfermedad lunática...¿pero cómo sería posible? ¿Lunática? ¿Qué tienes que ver vos con la Luna? ¿Será que tus ojos solo brillan en la noche?. Me senté bajo el Anacahuita a comer unas mandarinas y me puse a pensar y recordar cómo era posible que tus lunares ahora eran míos, y qué tus lunares ya no iban a estar en tu cuerpo, o si y eso sería aún más raro. Debo admitir que cuando hacemos el amor llegamos a un punto en el cual vos y yo, somos yo con vos bajo la oscuridad espesa, pero iluminando la habitación de la energía más intensa que pueda existir.  ¿Será que fue ahí cuando me contagiaste? Puede ser que si, es que llego al punto de no darme cuenta cuando soy yo o yo estoy dentro de vos. Es que mis manos sudan tanto que mis nervios se tensan de sensaciones de puro placer y es ahí cuando puedo presentir que mi cuerpo aspira esa percepción de gravedad y la habitación se vuelve Vía láctea y floto, o vuelo o quizás flotamos y volamos juntes. ¿Será que el cambio de atmósfera hará una especie de tornado en el espacio temporal del tiempo? ¿Y ahí tus lunares son míos? O ahora también recuerdo aquella frase tan repetitiva de mi madre cuando me mandaba a cuidar los fideos mientras hervían, qué me decía algo así como “cuídame los fideos que no sé me peguen”. Quizás es tanto el fervor y el calor que nos acercamos al sol y es el cómplice de calentar nuestros cuerpos para que nos peguemos tanto. ¿Será que cuándo estamos allá arriba cada lunar que me queda impregnado es recuerdo de cada estrella que miramos?. Y esto de volar o flotar por la Vía Láctea es hermoso, me siento una golondrina emigrando a su nuevo hogar o quizás Jupiter con un nuevo anillo o tal vez Apolo 11 dejando la marca en la Luna, observando tus lunares que ahora son míos y tus marcas están en mí y tal vez la Luna sos vos. Si, la Luna sos vos y ahora entiendo esos cráteres en tu piel o esos lugares oscuros que por ahí transcurren. Ahora entiendo que el espacio que nos dimos, era el espacio en el cual estábamos.

viernes, 21 de junio de 2019

Perdí el vuelo

Me enamoré de una mochilera. Al principio todo fluía, quizás el agua era turbia pero aún no había una represa.
Pero qué ingenuo fuí o cómo me iba a dar cuenta a que se dedicaba si nunca traía su mochila puesta, ni mapas indicando lugares o binoculares de esos que usan los viajeros. En fin, no me dí cuenta. Ella extrovertida al punto de sumergir los pies en miel y volar por ahí, nunca me habló de países u otros mundos, como para que yo sospechara. Ahora que lo pienso debo haber quedado como un idiota al hacerle saber mi interés sobre los tulipanes en Holanda, o el río Amazonas en Brazil. Ahora que lo pienso...me insinuaba una risa picaresca cada vez que hablábamos de horizontes, cielos y tierras lejanas. Es que esos pies ya habían marcado mucha tierra seca, quizás esa nariz ya había olfateado las partículas de los crujientes panes calientes en Francia o esa boca, esa boca tan delicada y detalladamente formada, ya habría probado el pollo frito en Los Ángeles.
Me enteré a que se dedicaba cuando una tarde me comentó con grandes signos de exclamación que salían de su boca, que se iba. Se iba de viaje por el continente del saber y la paz interior, se iba a terapia. Me comentó que ahí gobernaba un sujeto que era extraordinario en enseñarte a bucear en ríos neurológicos y caminar sobre volcanes de glóbulos explosivos.
La esperé todo ese tiempo, cada mañana me levantaba con la ilusión de encontrar ese continente en el mapa, mientras me sumergía en documentales de Carl Sagan y pues por ahí viajar en su nave del saber. El queso lo untaba lentamente en el pan lactal y ella estaba ahí, deslizándose por furiosas olas de queso espeso, o como olvidarme cuando dejaba abierto la canilla del baño, pero solo goteando. Es que esa especie de metrónomo me marcaba en mi corazón los latidos fuertes y contundentes que sus manos frías provocaban en mi cuerpo.
Cuando regresó me manifestó que nuestra relación se encontraba a una distancia imposible de recorrer y qué literalmente,  todo lo nuestro iba a perderse a el Triángulo de las Bermudas. Le dije que yo me sentía una estrella en el cielo del Cabo Polonio cuando estaba a su lado, único y acompañado.
Me miró, y con sus labios besó mi mejilla. En su cuello enroscó una bufanda de lana, se subió a su bici mientras el viento me dejaba su último aroma sabor vainilla y manzanilla. Ese fue su adiós, así se despidió. Hoy no me queda otra que pegar quizás, o encadenar las palabras, una con otra y esperar a que en su pasaporte aparezca mi nombre. O a qué en su mochila quede algún espacio para mi.
Donde estarán aquellos ojos, aquellas risas y aquellas anécdotas con algo de ficción surrealista. Las busco en el galpón, o debajo de la cama y no encuentro nada.
Quizás ella se fue tan lejos que perdió el sentido de orientación, o ahora que lo pienso...¿tendrá pilas su brújula?

lunes, 27 de mayo de 2019

Adiós

¿Y si te cuento algo sobre mi cabeza? Debería decirte que ya no te extraño .
Más bien siento una sensación sobre el lado superior izquierdo de mi torso, justo al lado de la axila, cerca del final de mi pecho.
Justo en esa parte tengo una sensación difícil de expresar, que me apuñala, me expone, me maltrata suavemente, me habla a voz baja como si fuera un cuento mal logrado.
En otras palabras, qué son diferentes y a la vez las mismas, no te echo de menos pero mantengo esta sensación extraña, estridente, electrizante y un sinfín de adjetivos que suenan caóticos o quieren sonar así, que pretenden sonar así.
¿Acaso alguien o algo me va a decir cómo deben sonar las palabras? ¿Con quién habló? ¿Te temen mis palabras? ¿Qué pretenden ustedes de mi?

¿Nosotros, nosotras? Nada, solo vinimos a escuchar y ver cómo intentas escapar. (Risas, risas y más risas). La taza de cristal se cae y produce un estruendo con sonido que rechifla.

Entonces quiero que hagan silencio, abran sus ojos y observen.. Quiero que su cuerpo se retuerza en el ambiente espeso de partículas punzantes. Quiero que sientan como cruje esta sensación que tengo. ¿La escuchan?

Hagan por favor un poco de silencio, aún más y sientan como grita esta sensación justo al lado de mi axila. Reitero, ¿la escuchan? ¿Pueden sentirla?
Pueden quedarse a escuchar la ardiente súplica de mi cuerpo, pueden quedarse, pueden.

Yo, quizás me vaya al fondo de aquella pared. Donde la luz no llega, envuelto bajo la superficie gélida y plana. Envuelto bajo esa sensación qué me sumerge. Ahí estaré, ahí, ahí.

¿No me escuchan? Pueden oler, cerrar los ojos y captar el aroma de mi. Lo único que me queda, lo único que dejaré.


Me fui.

jueves, 23 de mayo de 2019

Fusión

Me pregunto, ¿cómo haces
 para mantener la serenidad cuando las 
palabras, qué tan bruscas y despiadados
trazos dan, perforan sutilmente este óleo 
tan fresco, casi irreal? 

¿Qué pasa cuando lo qué día a día 
intentas demostrar, 
tan firme se manifiesta que es capaz, 
rumbeando por ahí, 
de volverse realidad? 

No sé si toqué fondo o el fondo aún esté 
 en el más tembloroso de todos los
espacios que pisé 
La simpleza, de lo cotidiano, 
belleza de lo inmenso
dicen. 

De que te quiero, no tengo dudas, 
De qué me querés, tampoco. 
Y si la conciencia desata en mí la 
pregunta de, qué algún nombre debería 
ponernos, 
me convertiría sin pensarlo en un 
palindromista.
Así cuando de revés nos toque estar, 
al igual que al derecho, 
sepamos cómo encontrarnos. 



domingo, 28 de abril de 2019

La vuelta

Crear, creerte o crear en el arte un espacio para ya no verte 
Verte en mi mente y que hoy en mis espacios estés ausente 
Ausentes son las palabras que creí creerte 
Creerte que me decías la verdad que salía de tu mente 
Tu mente qué escrupulosamente supo entibiar mi alma
Alma que de ella nacieron espinas con dolor de falsedad 
Falsedad o una falsa ilusión 
Ilusión qué creí tener al tenerte 
Tenerte como ayer, hoy
Hoy que mi mente no deja de pensarte quiero tenerte.



Timhol volvió a creer en el amor, es que sintió nuevamente esa sensación de ausencia picaresca. Volvió a mirar a las  personas con una risa elocuente, los pasos que daba seguían un sin fin de melodías encantadoras.
Los ojos ya brillaban como el sol en verano y sus manos sudaban como cascada de Junio. Es que volvió a querer, creer y crecer. 





domingo, 21 de abril de 2019

Volvieron

Fue una larga noche sin poder dormir, la Luna espléndida como en pocas oportunidades 
Las cortinas se movían por una pequeña brisa que entraba de las rendijas de las persianas 
Los árboles dejaban caer sus últimas hojas otoñales 
Y en mi refugio empezaba un terremoto sensorial interno
Las paredes de a poco se fueron acercando
El color fue todo negro y en ese momento los acordes de Loverman empezaron a sonar 
Una voz rajada y tenebrosa se imponía en mis oídos 
Volvieron
Otra vez volvieron a vencer las paredes 
¿Por qué me miran? Otra vez 
Esos ojos que no veía hace un tiempo 
Mirada fija, corazón que late y quiere escaparse 
¿Por qué me miran? 
¿Volvieron para quedarse?
La luz titubea hasta que se apaga
Calor, hay calor en el refugio 
Hay rabia, hay enojo 
Vinieron, no como otras veces 
Vinieron y no se van a ir 
Susurran en un idioma que desconozco, mueven sus extremidades de una forma abrupta 
Me envuelven y se ríen 
Carcajadas fuertes y desesperantes tengo que escuchar 
Mis tímpanos se hacen esclavos y solo siento eso 
Risas, burlas y desprecios 
El refugio se encuentra vulnerable e indefenso 
Se encuentra en derrumbe 
El refugio fue atravesado 
Quizás el refugio sea yo.

sábado, 20 de abril de 2019

Viaje

Extrañar
Querer
Sentir 
Poder
Hacer 
Intentar 
Fracasar 
Seguir
Intentar 
Fracasar 
Soltar 
Flotar 
Volar 
Caer
Aterrizar 
Ver
Tu rostro 
Tus manos 
Tus piernas 
Tus brazos 
Tus ojos 
Tu boca 
Tu cuerpo 
Tu mente   Tus deseos 
  Cósmica                 Perversos  
 Confusa                   Fantásticos 
   Delirante                         Alocados 
Ver 
Tus caminos cruzados 
Tus juegos 
El poder 
La fuerza 
La convicción -o no- de tus palabras 
Ver qué me fui y no volveré. 

lunes, 15 de abril de 2019

Ademán

Ojos blancos parpadean cuando miran mi color
Las sombras se diluyen cuando sienten mi temor 
Piernas quiebran para siempre caminando al pozo hoy
Cabeza flota  a la deriva pensando ser motor 

Manos viajan para algún sitio buscando su sudor
Dedos que se enredan bajo los rayos del sol 
Uñas salen, sangre explota quebrajando la pasión 
Venas gritan, carne siente queriendo unir la voz

Huesos piden que los entierren en el árbol del fondo 
Tierra suplica ser purificada por el abono del perdón 
Alma dice volar libre mientras el aire calme su vapor 
Partícula sola queda buscando otro Dios

En el ciclo de la montaña el pasto es honor 
Quizás exista tal ritual donde lleve mi valor
El valor de poder hacer sin restricción
Donde aboque el pecho en llamas junto a vos.

Y si la fantasía lo supera tendrás parte de mi alma
Donde la realidad de amar emana de las ramas mentales
Que tales son las olas que inundan mi cerebro
Que prefiero ahogarme, a quedarme sin intento de seguir sintiendo. 

viernes, 12 de abril de 2019

Viernes

Tengo ganas 
Ganas de mirar el cielo y quedar hipnotizado con la luz lunar 
Ganas de tirarme en el pasto y sentir como se hace colchón 
Ganas de morder el frío y sentir el temblar de mis labios 
Ganas de escuchar la danza de las olas cuando golpean en las rocas 
Ganas de beber la cerveza más amarga y así esbozar la sonrisa más ebria 
Ganas de escuchar las melodías de la música ambiente 
Ganas de tocar las ranuras de tus manos y que se junten con las mías 
Ganas de cerrar los ojos y sentir que miro, despierto, adentro
Ganas de caminar y recorrer los susurros casi ocultos de la ciudad
Ganas de hablar por un tiempo indeterminado, sin más 
Ganas de que hoy sea ahora 
Ahora, hoy 
Ganas 
De vos. 

lunes, 25 de marzo de 2019

Presagio

Ya no sé qué pasa 
Me pesa el tiempo y la razón de no saber qué hacer 
Pasa que mi instinto pesa
Y pasa que pesan las ganas de ganar ésta batalla 
Pesa la carcasa que me reprime
Y pesan las lágrimas que caen como plomo 
Y pasa la lluvia por mi cara y las gotas se confunden 
Son agridulces 
Y pesa tu arete en la mesa de luz cuando escribo 
Y pasa tu aroma por las cuatro paredes de mi cuarto
Y pasan las sensaciones que antes no pasaban 
Pasan los seres que me hablan y me carcomen la estabilidad de mi visión 
A veces siento que soy un ser más 
Cómo ellos, abandonados
Siendo así parte de un conjunto de partículas diferentes
Qué estando ahí no se tocan 
Cómo el café cuando se enfría 
O la uva cuando cae y no es cortada 
Sino, marchita y putrefacta 
Cómo la brisa que corre por momentos sobre las rendijas de mi carne 
Tu carne
Es tuya
Devórame y desgárrame cada parte de mis músculos 
Son tuyos 
Rómpeme los huesos y qué estallen como el final de la estrella más eufórica 
Abrázame y sentí mi alma 
Que está ahí 
En alguna parte 
Se parte o partirá 
Porque pasa que pesan las ganas de que me abraces, para que todo esto pase.

domingo, 24 de marzo de 2019

Y

Y te ví 
Y mis ojos titubeantes no prestaron atención 
Y eras indiferente 
Y eras un cuerpo más 
Y mi cuerpo sentía rechazo al sentir tu aroma 
Y mi corazón se encrespaba al sentir tu voz
Y mis sesos se retorcían al pensarte 
Y la contradicción de mi alma se hacía fuerte ante tu escudo imaginario 
Y mis labios querían expresar lo que mi voz callaba 
Y con el tiempo no fuiste indiferente, eras diferente 
Y eras vos 
Y quería conocerte 
Y quería saber de vos 
Y quería romper ese escudo 
Y quería mirarte, ahora 
Y quería hablarte, siempre 
Y quería tocarte, sentirte 
Y me conecté con vos 
Y mi alma sintió paz 
Y mi cabeza se despegó de lo normal 
Y ya no tenía un hueco vacío en el lado izquierdo de mi pecho 
Y mis ojos ya no titubearon al verte 
Y mis manos calientes te tocaron para alejarte de todo lo que te atormentaba 
Y no éramos dos, solo un ser 
Y te entregué lo que mis entrañas desesperadas querían trasmitir 
Y te abracé tan fuerte como si cada encuentro fuera una despedida 
Y te besé 
Y me prometí qué mis labios ya no se callarían 
Y me sentí viviendo en otro plano
Y me fascinó la manera de sostenernos y viajar juntos
Y ya no quería más nada 
Y tu sonrisa y tus ojos que brillaban, me hacían acordar a las noches que temblamos de placer 
Y cuando pudimos comernos el mundo, el mundo nos comió a nosotros 
Y me quedo con la intensidad de querer y no poder tenerte
Y me quedo con el cuerpo surtido de los momentos más brillantes y sinceros 
Y me quedo con vos, en mí 
Y me quedo con las ganas de arriesgarnos 
Y me quedo tumbado pero intrigante 
Y ahora quizás seas un bicho de luz, que busca oscuridad para brillar contra la espesa noche 
O el agua, buscando fluir entre tanta tempestad 
O vos, sólo vos
Te 
Quiero.

sábado, 23 de febrero de 2019

Días

Hay días como los de hoy qué me transformo en agua
me hago lluvia y mi cabeza tormenta 
Mi pecho se torna de un color gris, mis venas adquieren el poder de un río caudaloso 
y mi células hacen eco de la selva más oscura y tenebrosa 
Hay días que siento a mis huesos sonar de tal manera qué escucho sus gritos pidiendo auxilio, queriendo rajar mi piel para así conseguir liberarse del ataúd que los comprime
Hay días que mis ojos titubean asfixiados en un mar de aire
dudando querer ver la realidad 
mi nariz se reniega a olfatear la constante toxicidad del ambiente
y mi boca, mi boca la soledad interminable de limerencia pura

Hay días que sólo me queda escuchar el hablar de las aves 
el quebrajar de las ramas 
el ladrido de mi perro exhausto y desanimado -me mordió y se contagió-
el latido de mi corazón perenne. 




Hay días  qué prefiero desintegrarme para así introducirme en un sonido melifluo . 

jueves, 21 de febrero de 2019

Quizás 3

Es qué a veces siento
Es qué a veces, la melancolía del último tabaco por la mañana 
se mezcla con la amargura del primer café azul del despertar solemne. 
Es qué a veces, el tabaco y el café, me hacen acordar a tu piel 
fría y efervescente 
cálida y abrumadora 
Es qué a veces siento 
Es qué a veces recuerdo y vuelo, veo y muero
Tu aroma (el café) tu olor (el tabaco) 
Tu voz, la textura de ambos, 
encarcelados, encrucijados y acorralados 
por el vapor, el humo y niebla.
Es qué a veces fumo y bebo
bebo y me esfumo
en las cenizas cayendo de la punta de tu pelo 
y fumo de nuevo 
y me amargo de nuevo 
y bebo 
y me esfumo 
y el humo se hace ego 
Es qué a veces el tabaco y el café 
son uno o tres.  

sábado, 16 de febrero de 2019

Pronombres

Aquél, enomarado de la locura y frescura de Ella
Ella, enamorada de la simpatía de nosotros
Nosotros, sientieron que Aquél moría por Ella 
Pero Ella por vosotros 
Yo, apareció en el momento que Aquél se había rendido por Ella 
Pero Él sabía qué tendría la sintonía y valentía justa para declararle a Aquél que le gustaba pasar el tiempo con nosotros
Pero Usted le había esclarecido la vida en un segundo 
Es aquí qué 
EL AMOR 
LA TRISTEZA
LA LOCURA
LA BÚSQUEDA 
LA SOLEDAD 
Hicieron complots, se juntaron 
Se arriesgaron, se soltaron .


Pues Aquél moría por Ella, pero Ella por Él.