Basta solo con un solo ojo para observar lo que realmente es importante.

Basta solo con un solo ojo para observar lo que realmente es importante.

martes, 29 de diciembre de 2020

¿?

Que complejo sentir la rutina 
que han tomado mis retinas 
al ver que tus risas son la enfática respuesta 
de verme así y no hacer nada 
es la normal consecuencia de aparentar 
las ganas de callar, lo que por dentro tienden 
las eufóricas ganas de gritar
¿Como haces? 
es la ilógica pregunta sin responder 
bajo un concepto que solo vos sabes. 

martes, 22 de diciembre de 2020

Retinas 3

Miro y me asombro, como ahora soy sombra de lo que una vez fuí imagen clara
Miro y padezco la ausencia de no ser la otra parte de algo que solía ser nuestro
Miro y me asusta mirar la presencia de ser uno, en tierra de a dos
Miro y me asombra la lejanía del habla y la cercanía de demostrar un “YO” que no logro entender. 
Miro, miro tus fotos. 

Retinas 2

Ojalá las fotos sean compartidas, así como los momentos 
Ojalá las fotos no padezcan de ausencia de ambos, así como los momentos 
Ojalá las fotos no sean magnitud de ser uno para tapar los que dos, son más 
Ojalá las fotos compartidas no sean el sinónimo de un “estar bien” para tachar las vivencias que duelen afrontar, ojalá. 

Retinas

Ojalá las fotos despierten los recuerdos 

Y en la madriguera nuestro abrazo eterno 

Y en la soledad la necesidad de hacerlo 

Bajo los paisajes que supimos tener. 

jueves, 17 de diciembre de 2020

Recuerda

Nunca olvides mis manos tocando cada lugar de tu alma en construcción
profunda, 
que nadie conocía
que vivía.
Que hacía de un simple habla, un mundo de insignias
tu mano 
con la mía. 
Vos me mirabas, y me mirabas tanto 
con tantas fuerzas 
que me hiciste real. 
Me abrazaste y me besaste 
y justo en ese momento, supiste, supimos 
que era el principio de algo que no iba a terminar. 
Lo único que con certeza sabíamos que tenía un final 
era el día que nos despedía para al otro día, ver otro final. 
Nos reconocimos desde lejos casi como por inercia o quizá afirmando que fue por inercia. 
Cómo se reconocen aquellos que caen desde las estrellas, 
tomando por rebeldía un camino totalmente diferente al resto
para así estallar en los deseos, sueños y picardía amorosa
donde el fuego arde cuando el corazón enciende el motor de mirarnos 
nuevamente. 

domingo, 29 de noviembre de 2020

Block de notas

 nunca antes había sentido algo así 
y cuando despierta le murmura al amanecer 
y cuando tiene la valentía de ser 
su alma se estremece 
y cuando su espíritu se establece 
después entonces, vuela, vuela, vuela

domingo, 22 de noviembre de 2020

Unidad

Cruzaré el océano,
iré más allá del miedo que antes existía
dormiré en la linda calma 
después veré si la melancolía 
es la soledad 
pero el sonido del viento 
me empuja 
me envuelve 
me lleva 
al centro de la tierra 
al interior
al núcleo 
al universo 
y creo que ahí esperaré 
la calma 
la paz 
la tranquilidad 
y me haré amigo de la solitaria compañía 
de mí
para mí. 

martes, 17 de noviembre de 2020

Al revés, también es

Tengo
este latido
que se me escurre. 
Hay gotitas en el suelo
y en el suelo también huellas. 

El camino 
tras 
mis pies.

Estoy 
con el corazón en mis manos 
pero no se lo pienso mostrar 
a nadie. 

Sé 
que este poema 
no es la excepción.
No llega, 
no llega a verlo. 

Pero 
te dejo 
un sendero 
de gotitas 
en el suelo. 

Si aún andas con ganas, 
tengo cervezas y gomitas. 





Aclaración errática: también se lee de abajo para arriba.

lunes, 16 de noviembre de 2020

Delirios

 ¿Qué pasa si deliramos un poco?  

Poder pensar que las miradas dirán más que observar y ver lo superficial y nos enamoremos de lo adentrado que no pueda captar un simple par de ojos, o sentir que el aire es tan puro que al momento de respirar recordemos el primer atardecer que estuvimos en calma. O tal vez, tal vez ver que las personas no son pasajeros de sus propias vidas que supuestamente se mantienen en incertidumbre pero claramente estamos bajo el volante continuo de un auto enorme en el cual todos abordamos cuando nacemos. 
Llevaré esta pregunta para la parte superior izquierda del cuerpo humano, donde late la vida interna y se expande al exterior la vida misma. ¿Qué pasaría si deliramos un poco?. Si hiciéramos caso al corazón en cualquier decisión donde nuestro norte denominado cerebro nos traiciona pero igualmente quién manda y ordena es el que bombea los pulsos determinantes, ¿qué pasaría?. Me pregunto que tan riesgoso es el precipicio del arriesgar y que tan llano es el charco del arrepentimiento. ¿Qué es la fuerza?, la fuerza conocida como dejar atrás lo qué perdimos y alcanzar a no perder lo que estamos por dejar. Si bajamos la escalera de la torpeza donde un escalón queda a libre albedrío de quien lo pise, ¿donde está el fin?. 
Son las preguntas, con respuestas o no, son las certezas de las bocas que callaron y no arriesgaron por miedo a equivocarse. 
Si el delirio de un loco juega en obra y poder de lo que siente, ¿que debe sentir un ser normal que piensa que ganó el juego sin antes experimentar el delirio como una enfermedad?. ¿Que siente?
Hace días vengo hablando con las voces que me ponen en juicio y observan absolutamente todo lo que hago, es una sentencia de años bajo el mismo lugar donde supe reír. Los árboles son grandes monstruos de la oscuridad qué enloquecen mi psiquis al punto de trastornar lo poco que puedo sentir. 
Es la costumbre diaria de ya no verme como antes, de haber perdido las huellas, y que la única compañía sea mi sombra 
qué cada día 
delira un poco más. 


sábado, 14 de noviembre de 2020

Retrato

 Yo escuchaba la lluvia
que se enroscaba en el pasto
y mis oídos se llenaban de naúfragos. 
En ese mismo instante
sentía como el destino 
se caía de las líneas de mis manos.

Tanto me atrajo la incertidumbre 
qué el olvido zumbante de la lluvia
tapaba mi memoria.
El agua ya estaba dentro de mí
y su fuerza crecía 
sin calma ni compasión
ni siquiera se detuvo cuando me ahogaba. 

Yo respiraba lluvia
y pasto mojado
y mi corazón ensopado
no pudo salir
lo quise escurrir pero ya era tarde
tan tarde qué cuando te ví en un retrato
no fuí yo quién lo reflejó en una imagen.

 

Seamos jodidamente infinitos

Probablemente esto sea lo mas limpio y directo que en este momento escriba, quizá. Debe ser un sentimiento raro que estos dias fui adaptando a mi cuerpo y en general a lo que siento, sí a lo que siento. Es necesario dormir para calmar las ideas y el divague que a veces llega, supongo. Dudo de todo y las dudas son las penas que quisieron ser certeza y yo las transformé en esto, dudas. Quisiera poder apoyar la cabeza en la almhoada y poder descansar, pero no puedo. Quisiera beber un trago de agua sin que la garganta se reprima por pensar en lo que mi corazón siente y mis puños quieren romper, quisiera, pero no puedo. 
Es la necesaria necesesidad de querer reparar todo cuando rompimos lo que era puro, la pureza viene de adentro y sin eso no hay afuera. Hace una semana estaba con vos, resalto ésto como la costumbre mas linda de ver llegar el fin de semana y verte. De vernos entre risas artesanales, la última vez no te gustó mucho esa cerveza, ¿te acordas? porque yo sí. No suelo demostrar lo detallista que puedo ser, pero puedo ser muy observador de cada detalle que demostrás. Como aquél viaje de vuelta luego de presenciar el amanacer mas naranja teniendo el mar en calma como testigo único. Me acuerdo y esbozo la sonrisa que viste cuando te dije que me encantabas. En el ómnibus dormías, y yo te observaba como si fuese la última vez que te vería. Desde ese entonces pasaron muchas cosas y no todos fueron amanaceres tan lindos como ese, me refiero a qué también hubieron muchas tormentas de por medio que hicieron del cielo, un caudal bastante complicado. Vuelvo a decir que hace días intento dormir pero no puedo, me quedo observando por la ventana como esperando que algo pase y me dé la señal de quererme un poco más, pero no consigo ver dicha señal. También pienso en lo enloquecido que está el universo cuando de momentos se trata, hace unos meses atrás probablemnte mi cabeza era un caos idealizado por mí, por éste gil. En unos meses probablemente me vaya ir a un lugar donde pueda transformar éste presente en lo que no quiero volver a repetir del pasado. Vuelvo a decir que es la necesaria necesidad de errar para aprender, y amar para sufrir, quizá. Pero también siento que no hay necesidad de que el rencor sea algo que quiera sentir, yo te quiero y te quiero ver bien. Puede ser que tenía muchas ganas de hablarte sobre esto y desinflar las ganas de tu enojo y poder inflar las esperanzas de que la tranquilidad sea lo único que pueda existir. Entendes la referencia ¿no?. 
Puede que me lleve un tiempo asimilar todo, o poder decir que he podido dormir algunas horas seguidas sin que el miedo me hable al oído en las madrugadas. 
En éste momento saco el primer boleto de viaje al interior, pero de mí. Intentar sumergirme en mí para adentrarme en mares que pasé de largo y hoy son necesarios bucear. Y créeme, hay un deseo continuo y absoluto por tu felicidad y tranquilidad, de que lo puedas hacer. Ayer, justo ayer cuando estaba en el patio de casa ví una estrella fugáz y me puse a llorar, llorar por querer verte, abrazarte y decirte todo ésto. Es universo, es magia y son energías, y de eso nosotros sabemos mucho. Vos de eso tenés mucho. 
Colgué tu cuadro sobre mi ventana y te veo a vos en él, me veo a mí viéndolo en tu cuarto. 

martes, 10 de noviembre de 2020

Matices

 Aceptar que levantarse cada mañana
no es una cosa simple
si nos adaptamos al presente de enfrentar 
un nuevo día.
No es solamente bajar del auge del sueño 
y empezar a vivir. 
No, no es nada de eso. 

Es entrar en una luz, 
llegar a un punto donde lo claro se confunde 
con lo oscuro 
y en ese momento mirar el espejo 
y dejar que en él un rostro aparezca.
No es tan simple dejar de imaginar 
cuando el amigo que cargamos 
es la sombra que nos sigue. 

Es difícil volver 
a la memoria 
a ese rincón sumergido 
en la noche espesa 
donde el recuerdo y el dolor 
se aparean. 

Es justo 
que allí viva también 
la incertidumbre de lo que se pierde, 
ya que el adiós existe 
solamente en la ausencia. 

miércoles, 28 de octubre de 2020

R

Revertir
    Reaccionar
            Reparar
                Rabiar
        Rabiar
Rabiar
                  Reaccionar
                     Revertir 
Reparar 
Reparar 
                Repar...arme
                 Repararme 
Pararme 
Armarme 
                   Amarme. 

...

 Quiero escribir sobre vos en un trozo de papel 

pero ya escribí sobre nosotros en un libro. 

Tengo un lápiz de punta mocha 

me tiemblan las manos

demasiados miedos 

y la inobjetable certeza que me voy a perder 

si no te escribo. 


martes, 27 de octubre de 2020

hola


mostramos el imperio de soldados que parecen fuertes
pero no lo son 
si la defensa de quién ataca es débil

débil, debilidad y debilidades

quiero reír y no puedo
no quiero llorar y es lo que me sale
quiero salir y me quedo adentro
quiero adentrarme y todo sale

vomito contradicciones y también me pegan 
me pegan del verbo golpear
y tambien se pegan del verbo cascola
en mi diccionario existe y para mi está bien
así como pensarte ahora
después y más tarde también

y también está bien.
 

miércoles, 21 de octubre de 2020

Laberinto

 Otra vez, sentado y adormecido en el sillón bajo la noche espesa y fría de un día cualquiera, estoy. No quiero y no puedo dormir, otra vez mis ojos salubres y vidriosos se hacen notar, no debo y no quiero sentir pena por mí, pero es lo que invade cada espacio que se ilumina por la pequeña rendija que entra por la ventana. Me quiero arrancar las uñas y masticarlas con tanta fuerza como si fuese la costumbre diaria que debo pasar por no entender que la rabia no se hace visible, si la pena no se hace notar. Quisiera tragar un vaso con algún  tipo de líquido arenoso y presenciar como mi garganta es lastimada lentamente, solo así me daría cuenta de que las palabras que salen a veces no tendrían que ser evacuadas y que el dolor es el silencio más desafiante que puedo tener. Me siento y siento como mis huesos se intentan retorcer, como si también fueran testigo de la ignorancia que mi cuerpo recibe. Ignorancia de las propagaciones simultáneas de partículas determinantes que se clavan en mi piel y rajan la carne como si fuese papel. Envuelto en los tumultos sanguíneos que en mi cabeza nacen, yacen los tejidos perpetuos de pasados secantes. 

Será ahora o después, 

Verás qué ahora es después 

Sabrás que lo dije ahora y también después. 

jueves, 3 de septiembre de 2020

Ella y el pibe que caminaba a su lado

 Ella y él siempre caminan juntos. Todas las mañanas ella sale por la ciudad a hacer mandados y él la espera afuera observando alguna distracción poco atrayente mientras el tiempo se pasa. Hay veces que solo recorren las calles sin algún tipo de propósito, pero él siempre está al lado como si fuese parte de la sombra de ella. Viven en un pueblo de pocos habitantes, casi sin casas. Los vecinos del pueblo comentan que siempre se los vé juntos pero que nunca se los vió intercambiar una sola palabra. Es como que una fuerza o energía los uniera de algún modo, que nosotros los simples peatones o personas comunes, no percibimos. 
Ella mirando el cielo y él esperando, ella distraída por los autos en movimiento y él esperando, ella tarareando alguna canción que a su cabeza vino y él tranquilo, la espera y la observa con sus manos en los bolsillos. 
Dicen en el pueblo quienes han seguido esta historia, que una vez alguien le preguntó a ella quién era el muchacho que siempre caminaba a su lado. ¿Qué muchacho? contestó ella. Y en ese momento se inició una locura. Ella sostiene y repite una y otra vez qué siempre, siempre camina sola. Que no sabe de qué pibe le están hablando. 
Un domingo recuerdo qué ví a una de sus amigas haciendo como un gesto carismático intentando saludar al pibe, a lo que ella frena rotundamente a su amiga y le dice que si buscaba burlarse en su cara queriendo saludar a nadie enfrente de todos los vecinos. 
Así mismo, él se quedo quieto, parado y sin emitir ningún sonido. Nuevamente observando como discutían ella y su amiga. 
Los días transcurrían y la situación se repetía, el pueblo ya no hablaba de ellos dos. El pueblo comenzó a hablar de una loca que camina con un pibe que no existe. Como era una loca irrelevante y su presencia no hacia daño, el pueblo comenzó a dejarla de lado. 
Los niños y niñas que por ahí jugaban, al verlos pasar se reían. Esbozaban una carcajada burlona sobre ellos dos. Ella no contestaba, y él se limitaba a hacer algún tipo de gesto. Parecían una sola persona a veces, es un caso extraño porque la locura lleva a la soledad y pereciera que ella nunca estuvo sola porque él siempre la acompañaba en su caminata diaria. No solo compartían el caminar, también la locura era compartida.
Cada tanto ella se desborda de inseguridades de sí misma y salen a flote un montón de preguntas que su boca calla para que su cabeza esté en calma. Cada tanto escucha a las vecinas emitir algún comentario sobre ella cuando la ven pasar y es tanto el enfado que siente como al punto de querer preguntarles si realmente es ella quien está sana y es el pueblo quien esta completamente loco. Las vecinas no son capaces de mirarla a los ojos ni darle una respuesta. Solo lo miran a él, y observan como de su rostro sale una mueca un poco forzada parecida a una risa triste y llena de compasión. 
Yo puedo decir qué por hoy estoy cansado de caminar, pero no puedo dejar de mirarla ni de juntar las fuerzas necesarias para que mañana, ella me pueda ver.

martes, 25 de agosto de 2020

Mixtura

El domingo quise llorar y no pude.

Ayer quise llorar y tampoco pude.

Hoy quise sonreír, pero no lo logré.  

 Entonces me entristecí y lloré. 

Mañana es miércoles y deseo llorar

y espero no tener qué reír.   

lunes, 17 de agosto de 2020

Limbo

Me quedaban un par de monedas en el bolsillo del pantalón, que iba a utilizar para comprarme un pucho en la almacén del barrio. Pateando las hojas resecas de la vereda veo que abrió una pequeña farmacia que en su entrada tenía una de esas balanzas que le insertas monedas, te paras sobre la base y los números en rojo te delatan tu peso corporal, creo. ¿Por qué no? dije y lo hice. Fué extraño ver un número rojo de tres cifras, al verlo esbocé una sonrisa burlona haciéndome creer que la máquina estaba rota. Seguí caminando mientras en la distorsión de mis auriculares sonaban las melodías de Mac Demarco. 
También fue extraño que al llegar a casa no saliera de mi cabeza el débil pensamiento de saber porqué pesaba 120 kg. Así que inmediatamente me senté, preparé un té con yuyos y rodajas de un limón casi sin jugo, para luego empezar con una especie de teoría sobre ese ‘’sobrepeso‘’ en mí.
 No recuerdo como o por qué elevé mi cabeza sobre un más allá que no podía percibir, y me encontré en un más acá que hizo enredarme en las duras y tensas lianas imaginarias de un mundo que estaba caminando y yo solo veía, es la cruda inspiración de ser algo que no siento pero así mismo se contradice con lo que me pasa, o pasó. Esa sensación vaga de ser Dios y ser fiel a la vez y pretender que todo lo que ocurra sea lícito y no tenga motivos de acusación para ser juzgado. Caí en el pozo de la soberbia, me deslicé en el tobogán de lo ingenuo y con un arma cargada de sufrimiento, me apuntaba la madre de todos mis actos, la mentira. 
Comprendí que los sentimientos son el órgano con más peso en mi persona, comprendí que eso de más que tenía, era lo que menos debía pesar. 

lunes, 3 de agosto de 2020

Lo real

Lo real, 
lo que sentís y palpás, 
lo real es lo que ves, lo qué tocas.

Lo real está allá afuera,
donde la incertidumbre a lo desconocido
te carcome los sentidos de la visión al descubrir.

Lo real es lo que levantas con las manos
cuando el corazón ya no puede más.
Lo real es el piso pisado tras pisadas 
donde el transcurso de alguien supo estar.
Lo real es el beso en la mejilla de tu madre
luego de un ya no puedo más.

Lo real son las ganas de comer
y las faltas de saciar el hambre, 
lo real es la injusticia picaresca 
paseándose por los efímeros momentos de la vida.

Lo real es la voz que te dice que no hay una verdad absoluta
si no hay un miedo que apañe una mentira con dudas sin certezas.

Lo real es amar tanto hasta que se te raje la carne curtida después de tantos baches 
de desesperación donde las ganas de triunfar taparon las enseñanzas de fracasar. 
Lo real es escribir un mensaje a destiempo y qué el tiempo dé la primicia de que la persona qué lo reciba, 
 sea la persona que lo descifre, más acá o más allá
las ganas de escribirte siempre van a estar. 

lunes, 27 de julio de 2020

Dos caras

Es un sentir de sin sentidos lo brusca que la vida puede ser cuando estás en la soledad de no esperar nada, y de la nada llegan un montón de cosas. Cosas que por ahí tendrían que haber seguido otro camino, o simplemente nunca cruzarse en el camino de uno. A veces me pregunto lo injusto de transitar tanto, para luego caer en la cobardía de frenar a mitad del camino. También me suelo preguntar qué tan tediosa y desafiante puede ser la cobardía cuando la mentira la enfrenta y el uso de razón pone en tela de juicio todo lo que el sentir decanta. 
A veces es injusto que solo un día pueda ser necesario para darte cuenta qué donde creías estar, es donde queres escapar. Solo un día para darme cuenta que no estaba en renglones de un cuento de narrativa, pero sí de fantasía, donde muchos son los hechos que se cuentan y pocos los fines que se ostentan. 
Parar el corazón y darse cuenta que si el cerebro manda, las decepciones aumentan. 

miércoles, 22 de julio de 2020

Bordeando visiones

Los años pasan y yo sigo como moneda al viento,
dejando a la suerte que decida si la cara es lo que soy 
o la cruz sea la mochila que deba cargar,
cara o cruz dicen.

Sigo mientras los días se agotan
haciéndome creer 
que solo soy verdugo
de un tiempo sin un parecer claro.
 
Lo que parecía verdadero,
hoy es la falsa ilusión
del sujeto que escucha
como la cara que amaba,
se amarra de las mentiras 
que en su boca nacen.

El oído es el fiel compañero 
de una conversación tan penosa,
como de quién lo dice,
dicen que a veces deletrear palabras
a modo de sujetar las acciones 
ayuda a comprender que las oraciones
son sinónimos de percepciones. 

viernes, 17 de julio de 2020

A la vuelta, nos vemos

Ahora que es tiempo de perderme y deambular en otro sitio, conozco lo que es el miedo, el miedo a que mañana ya no exista éste sitio y vos no lo encuentres, o no te des cuenta que el mapa de un reloj habita menos en invierno, donde el frío congela las agujas y el tiempo se para en lugares incorrectos. Recién empiezo a caminar y ya me pregunto ¿donde estas?. 
Creo empiezo a sentir nuevamente las voces que me preguntan ¿quién sos?, esa incertidumbre a lo desconocido, pero ahora es distinto porque el saber de un cuerpo que creí conocer se vuelve una sábana blanca planchada en pasos de tierra. Es difícil no caer en la botella qué sobre la mesa me llama a darme la sien con el líquido de risas que ven mis ojos y no son causadas por las vientos que mis manos supieron acariciar. Me es intolerante ver-te- bajo nubes negras de enigmas que desconozco pero a la vez sé su final. Personas frías que calientan el ambiente con falsas ternuras mojadas bajo lluvias ácidas en un día cualquiera. Cualquiera que no fuera yo daría por secundario la importancia de mis acotaciones, pero yo no. Yo no puedo seguir corriendo, corriendo a un costado el ropero de prendas que tapa la puerta de mi corazón, perdóname pero no puedo. Quisiera ser esa voz en eco que repite en tu cabeza que te des cuenta, que la vida es salir y entrar, sumar y restar y que a veces el dividir momentos, multiplica las opciones del resultado que hoy nos da cero. 
¿Dónde estás? Vuelvo a preguntar, ¿dónde andarás?, preguntan las mesas de bares que nuestros codos supieron presenciar. Voy a trepar al techo y mirar las estrellas, voy a dejarme caer en el pasto que caímos y fuimos náufragos en deseos indescriptibles. ¿Donde están los momentos? También me pregunto. 
Quisiera que la rabia que siento ahora sea abocada en el refugio de tus abrazos, quisiera decirte que no vayas por el camino que ya recorriste, ojalá te des cuenta que será un sucio destino, quisiera decirte que ese camino que hoy ves limpio, es solo un espejismo oculto de malos pasajes, que ya pasaste. 
Mi sombra volvió a aparecer y me dijo saber de cosas que en mi cuarto no estaban, o de entender la vida o una apreciación sobre la misma de cómo era todo, o que el todo era la percepción de cómo yo quería que fuera. El rencor en estos momentos me invita a jugar a los dados donde la posibilidad de encontrar un número par es casi nula, nula como la posibilidad de querer jugar a ser fuerte y afrontar qué puedo mirar-te-. 
¿Dónde estás? Por tercera vez vuelvo a preguntar y casi sin aliento y con el pecho inflado, estallo. Como el globo cuando botija fui y exploté a modo de felicidad, hoy explotó el globo de músculos que late dentro de mí.  La distorsión y el tiempo, mi caparazón y el salir, las ganas y el intentar, el orgullo de ser y el orgullo de haber sido, la bajada al caer y la subida al renacer, las miradas al encontrarnos y los ojos cerrados al sentir que te ibas y no girabas la cabeza, los temblores de tus labios y el sudor de mis manos, los te quiero y los te amo. 
Ahora bajo la agonía sentimental de partículas que por dentro están jugando a esconderse, quisiera que no sientas miedo al descubrir. Qué lo malo de algo, es la pequeña espina que de lo bueno se puede sacar. Y que tus ojos grandes y redondos aparecen en cada uno de mis sueños, que tu pelo desprolijo aún lo encuentro en mis buzos, que tu olor aún esta en mi piel y que tus risas no se van a ir de las retinas de mis ojos. Y repito de nuevo, no tengas miedo porque es tuyo el mundo entero.

domingo, 28 de junio de 2020

T

Titiritando bajo los transcursos de una noche fría, escucho como el tractor enfurecido pasa por encima el trato que teníamos. Trato de ser objetivo pero los tratos terminaron y destrozaron los tiempos donde temblar de risa se volvió un miedo de destratos oscuros. 
Tratando de qué tu mirada me guíe de nuevo, tropiezo entre tinieblas de terminaciones sentimentales un poco tenebrosas, tratando de que me vuelvas a tratar suavemente, tiemblo en temperaturas un tanto tentativas donde la ocasión mata a la emoción. 
También temo por el tú y el yo, donde el tesoro de transpirar sentimientos elocuentes, se vuelvan trastornos de tormentas temibles. 
Titubeo prendido a la taza de café y en cada trago, trago el temperamento que entre el humo se hace fuerte, presente y en cada sorbo me golpea en forma de puño.
Trato de entender que la tarde no es solo tarde cuando el Sol se oculta, trato de saber que ahora el Sol no está y es de noche, trato de comprender que mañana amanecerá y el Sol aparecerá tapado sobre las nubes de mentiras que lo abrigaron. 
Sé que la historia no tendrá final, si el comienzo fue la decisión de entrelazarnos para siempre. Sé que el tiempo dirá si el tic-toc marcará una hora o solo tiempo para seguir disfrutando hasta que el reloj se rompa. 

domingo, 7 de junio de 2020

Cerrojo

A veces pienso querer hablarme y decirme a mi mismo las equivocaciones que cometo y las torpes hazañas que por amor hago. 
A veces miento que estoy bien para fingir que el viento me empuja al aljibe donde detengo con abrazos el aroma que viene de tu cuello y se enrosca en la curvas de mis manos.
A veces me encierro y cierro los ojos, es que no ver el reflejo de la realidad me ayuda a sentir que la realidad es el espejo de una fantasía que solo adentro ocurre.
A veces soy la ilusa ilusión del camino de alguien que ni siquiera camina pero sabe que si lo hace llega al fin del camino. 
A veces soy la luz tenue en la noche oscura donde el único brillo que suele aparecer es el espejismo brilloso de mis ojos a punto de quebrar como escarchas en un día frío. 


sábado, 23 de mayo de 2020

Pronombres 2

Ellos vigilan, persiguen y son los jurados impacientes de Ella
Aquél que esta allá también mira y escucha que dicen Aquellos 
Yo espero por la decisión de Ella
aunque Vosotros son capaces de juzgar tanto que se confunden con Nosotros
y yace un sin fin de preguntas para Ellos,
los especuladores. 
Ella con la incertidumbre de que pasará con Él,
se deja llevar por la visiones indecisas de Ellos. 


Él está impaciente porque sabe que con Ella es Él y sin Ella, uno mas de Nosotros.

miércoles, 13 de mayo de 2020

Portrait interno

Soy persona por fuera y todo sentir por dentro 

soy el montón de te extraño que cayeron del naranjo
soy el naranja cielo que enciende a las seis de la tarde
soy el pibe que llega tarde pero que siempre está
soy ésta o aquella manera de seguir
soy el seguimiento continuo de vivir con la locura de existir 
soy la existencia de no ser un tipo normal
soy la normalidad de llamarme loco
soy la locura que otras cabezas no soportarían 
soy el soporte de flores que a veces son rosas con espinas
soy la espina en el talón que todo el mundo se queja
soy la queja de mi vieja por no seguir al sistema
soy el sistema operativo que hackearon por error
soy un montón de errores que buscan solución 
soy la mínima solución que temía salir
soy la salida que por errores se quedó atascada
soy el atasco del dique donde el agua no pasa
soy el pasar del agua por una represa sin represión
soy lo reprimido y lo contraído del movimiento del mañana
soy el mañana en una mañana gélida al amanecer 
soy el amanecer que despierta lo que siento 

soy
persona por fuera
y
todo sentir por dentro

lunes, 27 de abril de 2020

Sucesos

Capítulo 1: Desarmarse para armar

Recuerdo que ese viernes iba contra una contradicción interna que no dejaba que mis pies se amoldaran al bitumen de la calle, densa y con olor a hospital. Un señor que pasaba por allí paseando a su perro hizo una pausa en una casa abandonada –supongo- qué en su fachada se podía ver su deterioro, paredes curtidas con el pasar de los años, ventanas que gritaban por la ausencia de limpieza y una gran puerta de madera, con grandes rajaduras, con una pintura desgastada y ríspida. Quizá el señor junto a su amigo se veían reflejado. Los huesos y los cimientos cumplirían la misma función, la azotea y el cerebro tendrían la misma conexión, la puerta y el corazón se abrirían de igual manera.
Mientras mis ojos aturdidos y gastados presenciaban tal situación, en mi universo musical vibraban las melodías melancólicas de Lou Reed. Parecía ser que mi cuerpo terminaría desplomado en mi chismosa y vieja cama, bajo un techo que todo observa, preso de cuatro paredes que todo escuchan, pues así. Como siempre, queriendo volar pero nunca despegando. 
Quizás la última pitada de un tabaco reseco hizo que en mí cabeza ese viernes cambiara, hizo que tomara otra decisión y así emprender un viaje o encuentro, conmigo o con vos. Pues tomé un baño raro, de unos 15 minutos con los ojos cerrados, mirándome hacia adentro, sintiendo en mi que debía tomar el impulso de hacer y no cuestionar, de sentir y no pensar.
Salí caminando un poco apresurado y ansioso con destino a la terminal de Rio Branco. Por 18 de Julio, la avenida de la gente apresurada y caras largas, el refugio de los indiferentes, el sitio de de los monstruos con ventanales, el hogar donde todos conviven bajo el ambiente del reloj gigante, el trabajo.
Anclando mi cuerpo en la terminal, la veo y titubeo, mis manos empiezan a sudar y mi rostro reacciona de una manera algo extraña. Si, la veo, a ella. Pues empezaba el viernes o el encuentro. Fue raro sentir un pacto o conexión. Conversamos alguna tontería y nos subimos al bondi y mi cabeza no borraba la expresión de su rostro, su sonrisa, fresca y natural.
Un viaje que se hizo lento, un cielo que prometía una serena noche y un camino que iba a ser solo de ida. Llegando a destino bajo los poderes alegres de unas cervezas, las risas se cruzaban y fluían de forma espontanea. Es que ya no podía dar marcha atrás a lo que mi corazón quería decir, es que mis manos sudaban con más intensidad, es que mis palabras eran expulsadas con más nerviosismo, y mi cuerpo solo quería volar con ella.
Bajo una noche intensa y un mar en calma nos encontramos, nos entrelazamos y nuestras almas se mezclaron. Nos miramos y supimos que había algo más allá que nuestros envases que funcionaban como cuerpos o escudos evitando todo. Tirados en la arena todo fluyó, todo fue sincero y real. Nos conocimos y el amanecer me hacía entender que algo nuevo en mi vida comenzaba, como ese día, naranja y furioso.
Cuando nos subimos al bondi para volver a la tediosa ciudad montevideana, ella a los pocos minutos se durmió profundamente y yo no dejaba de observarla. Sentía que mi cuerpo había sacado su armadura, ahora estaba débil y sin protección, estaba dispuesto a ser penetrado por los besos, abrazos y miradas de ese hermoso ser. Es que nos habíamos empezado a desarmar para armar, armar y desarmarnos para crear, crear y armar nuestro mundo y desarmar todo lo demás. Sentir y fluir, con vos.




viernes, 24 de abril de 2020

Coronas

María Ester se levanta de la cama luego de que su celular sonara a las 7:00 am, con un sonido o "ringtone" tan tedioso que a cualquiera haría levantar. Lo primero que hace es ponerse sus pantuflas casi sin suela y se dirige a la cocina donde pondrá la caldera con agua sobre la ornalla para posteriormente tomar un café con muy poca azúcar, un cafidespierto le decía ella. Va al baño y abre el grifo y deja correr el agua hasta que el vapor empañe el espejo, toma una ducha placentera mientras hace buches en su boca y escupe, lo hace dos veces, con sus manos se hace un rosquete en el pelo y posteriormente se acaricia los brazos mientras la espuma del jabón cae de su cuerpo, cierra los ojos y escucha otra vez la alarma. Ésta vez era el chiflido de la caldera que le avisaba el poco tiempo que le quedaba antes de irse. Como de costumbre enciende la televisión para ver el segmento de diez minutos donde informan noticias importantes. Algo extraño sucede inmediatamente. Juan Carlos Pena, el periodista informa algo que dejaría con una sensación de incertidumbre a Maria. Con los ojos vidriosos y casi llorando, redacta una hoja perfectamente puesta en una carpeta, una hoja de esas que llegan para dar un mensaje y que éste mismo perdure para siempre. Juan Carlos finalmente se quiebra en llanto y solloza, "murió, hace 2 minutos murió Lady Di". Casi como un reflejo, a María le pasa lo mismo, después de 20 años estaba sintiendo lo mismo que Juan Carlos en ese momento sintió. También sintió la curiosidad de los informes del día de hoy, que usaran el segmento de noticias importantes para recordar el aniversario de la trágica muerte de Lady Di, la joven princesa que con su partida se fueron un sin fin de historias no contadas, pero que hasta el día de hoy, su corona sigue en los pasillos, recovecos, lugares y hogares de todo el mundo.
Maria entendió que hay coronas que nacen para cambiar el mundo y se van por accidente dejando su permanencia intacta y hay otras que son creadas con el fin de quedarse para siempre sin irse a otra parte hasta no acabar con la permanecía de los demás.

Gatos

Así de callejeros fuimos
sin saber el rumbo ni destino
de nuestras andanzas.
Sin saber en que recovecos
nuestras manos iban a estar.
Es qué así como el tiempo pasa,
el camino también
y pasa que el camino
nos tenía en el tiempo de encontrarnos.

Así de austeros fuimos
sin saber con que cobija nos íbamos a cubrir.
Sin saber la altura de donde íbamos a caer
sin mirar, solo saltamos.
Es que así como la altura no se veía
las nubes tampoco
y pasa que en el cielo todo es posible
si somos los dueños de nuestros brincos.

Así de cómplices fuimos
sin saber que la complicidad era para siempre.
Sin saber que cada caricia iba con un poco de rabia,
rabia acumulada de nuestras anteriores 6 vidas.
Es que así como las oportunidades surgían
también sabíamos que estábamos en la ultima,
la séptima vida.


jueves, 23 de abril de 2020

Viejos amigos

Una vez el niño miró y sonrió, por un instante se dejó llevar
recordó, narró y supo ser la memoria cautiva de sus sensaciones
se despojó de la ropa y dejó caer la pesada mochila que a su espalda cargaba,
vio pasar los autos que en la siesta escuchaba, decidió sentir las voces que en noches lo atormentaban 
abrió la ventana que siempre estuvo cerrada, corrió las cortinas y la luz entró.

Cuando la luz entró recordó el semáforo de la esquina
y también la esquina de su cuarto
y la esquina del parque donde se vio tan contento 
y también la esquina donde pasaba el ómnibus
y también la esquina donde se despedía
también esa esquina.

Cuando pudo cruzar la esquina, también cruzó sus piernas 
y se sentó en la vereda donde vio pasar susurros, charlas y besos
donde la noche en Montevideo caía y con ella las estrellas 
sobre un manto de melancolía popular entre transeúntes sin destino.

Vio los intentos fallidos de querer poner su corazón en un espacio donde no cabía 
 vio los abrazos que se extinguían, los besos que dolían, las miradas de despedida
vio los pasos en calles de asfalto hirviendo
vio las apretadas de mano con rabia
vio la vena en su frente sobresaliendo
vio las ganas de querer ser todo y acabar en la nada
levantó la cabeza y se vio
se vio en el espejo donde su reflejo hacía eco de lo que con su cuerpo pasaba 
se vio
me vi.






sábado, 4 de abril de 2020

Dormí, soñé y desperté (creo)

Ahora que ni salgo y hay que estar alerta,
sobre todo cerrar la puerta y así mismo meter en un sobre
las cosas que decimos para que no se contagien de finesas
y coronas infectadas de cosas negativas.
Ahora que los pasos son contados
y los caminos se hacen cortos
y ya las nubes no puedo ver.
Creo que extraño ensuciarme y estar afuera
y ver desde afuera que se siente el estar adentro,
adentro digo porque hay días que yo estoy afuera.
Y no me siento mal ni nada de eso,
solo me sientan mal las cosas que por dentro están
y hablo de mí, de mi casa.
Digo casa y repito una vez más que hablo de mí.
Aprendí que mi propio hogar soy yo
y que si no lo barro, se ensucia
y si en los platos se dejan sobras
se acumulan restos,
restos que cuando los veo solo restan
en futuros platos limpios.
También me di cuenta qué
dejar las luces prendidas afecta el observar
y la visualización del caos,
es decir, dormirse bajo la oscuridad
también es el despertar de la limpieza del paisaje negro.


lunes, 30 de marzo de 2020

Del sombrero saqué

Lo que diré a continuación puede ser una ilusión y
me apego a ella como quien se agarra del suelo para no despegar.
Soñamos y añoramos volar, no obstante, nos aferramos al piso.
Nos inunda el miedo, la curiosidad es más pero nos aferramos
a lo que nos hará volar para no volarnos.

Éste relato puede ser una ilusión de que te encuentres en él,
me lo digas y entonces te encuentre yo en otro relato
que pueda ser una ilusión.
Ese relato puede ser una ilusión para mí,
para mí quizás, muy locamente,
para mí.

Éste relato puede ser una ilusión,
puede ser. Fijándome que vos, ella o él
al finalizar cada uno de estos renglones recuerde
una Luna con sombrero rosa.
!Wuff!. Hice aparece un murciélago. ¡Wuff!.
Hice que sintieran que nada de lo leído tenga coherencia.
¿Hice aparecer una Luna de sombrero rosa o hice aparecer
un murciélago o hice aparecer una cierta inquietud?.

Me sabrán disculpar, señoras y señores tétricos, rigurosos y teóricos
de la literatura, me sabrán disculpar, público ambicioso que sabe de
literatura por haber leído quizás el mas burdo libro para hacerse creer
a quien lee que puede crear ilusiones.

Me disculpo no porque tenga la necesidad o deba hacerlo, sino
porque me gustaría que abandonen sus hábitos y me acompañen
a la ilusión que nos estamos aferrando, como
el señor que mira y se aferra a la ventana
y observa cómo nuevo y ajeno algo que antes era común en él.

Tengan miedo, cierren los ojos. Necesitan cegarse

domingo, 15 de marzo de 2020

Náufrago

el día qué me dejaste de hablar 
le hablé a una planta, sola en su rincón
seca su tierra y casi ni raíz tenía 

el día qué me dejaste de mirar 
me detuve a observar un edificio abandonado
deteriorado en su exterior-interior y casi ni gracia tenía

el día qué dejaste de escucharme 
me guardé las cosas que quería decirte 
y mi boca se coció de palabras en vano 

el día qué mentiste para irte y dejarme
me quedé quieto esperando unas disculpas
qué nunca llegaron 

el día qué quise abrigarte 
el ropero ya estaba vacío, los estantes no tenían sentidos
y mis brazos ya estaban caídos

el día qué del camino borraste mis huellas
y el viento tu aroma se llevó 
nuestro camino se ausentó 

el día qué el día noche se hizo
me dí cuenta qué estaba bajo la luz de un Sol 
oscuro

Mirá el día qué es hoy y mis dedos inquietos siguen escribiendo y escarbando el dolor qué de adentro viene y no se va, mirá las fotos que teníamos y qué con un simple click sean borradas cual palabra incorrecta en mis textos. 
Mirá 
mírate
míranos 
Quizás las miradas sean borradas como los fantasmas de mi cuarto, o como el amanecer en la playa que supimos apreciar, o la cerveza que bajo risas supimos destapar. 
Quizás, pero hay algo qué no se borra y son los latidos de no olvidar lo qué somos. 

El barco navega, investiga y descubre solo una vez, las olas de alta mar son comunes en fuertes vientos qué vienen del Sur, la isla escondida solo se descubre bajo la insistencia, determinación y ambición, donde el corazón persigue hasta llegar a destino. 

Fuí pirata, otras veces navegante, muchas veces niño inocente, pero debo admitir qué experimenté las olas mas grandes y vientos tan fuertes que muchas veces me tiraron. 
Pero llegué, descubrí, me quedé y ahora me siento un náufrago en aguas desconocidas. 


domingo, 8 de marzo de 2020

Detenimiento

Muchas veces e inclinado mi cabeza hacia el cielo, sobrio o borracho. siempre mirando fijo las estrellas, las estrellas que me hacen recordar que éste mundo es inmenso, o al perecer tiene inmensidades de cosas qué a veces por no querer mirar, no nos damos cuenta.
Siento, percibo y estoy seguro que cuando miro, siento, percibo y estoy seguro qué cada estrella tiene una vida tan explosiva como la mía, por momentos delirante, por otros ausente de quién no la mira, ausente de miradas qué pueden atraer tan linda energía qué tienen la capacidad de dejarla brillar para siempre, como mi vida, como la tuya, como la de aquél o como la de aquella. A veces nos ponemos un meteorito intacto sin movimientos, qué deja a nuestra sombra tan poco visible qué nuestro cuerpo se hace el mas efímero susurro de una galaxia tan grande como las ganas de quien te observa, por momentos. Por momentos digo, claro, porque cuando ésto no ocurre suele pasar qué quién te mira es tan estrella como vos o como yo, pero fugáz. Porque también hay de esas, de esas estrellas qué se toman el atrevimiento de pasar por segundos y quemar en segundos la capacidad del habla.
 Paralizar nuestros parpados y hacer que toda atención sea dirigida a ellas, queman tanto que el recuerdo de unos segundos se vuelve momentos de muchas horas
y luego esas horas se transforman en recuerdos de años
qué con el tiempo serán imborrables para qué a cada segundo, mientras pasan las horas, permanezcan en las ventanas de nuestras retinas durante un tiempo largo.

sábado, 29 de febrero de 2020

La semilla creció

Ahora que estoy acostado sobre el pasto recién cortado y el Sol que me pega de frente, quiero pensar y quiero creer al cerrar los ojos que puedo crear la secuencia de mi vida sin problemas.
Quiero pensar que soy aquél niño que soñaba de chico con ser un astronauta y se fascinaba con los documentales de Carl Sagan y creía qué esa nave imaginaria lo iba a venir a buscar para dar un paseo por Júpiter, Saturno o quizás Plutón a pesar de qué ya no perteneciera a nuestro sistema solar, quiero pensar eso y no pensar que ahora me siento frustrado por no lograr abordar esa nave con estos 20 y tantos años que hoy me pesan. También por momentos me gustaría volver a la primavera del 2004 donde el calor no era tan abrumador, donde la calle se llenaba de bicicletas en total libertad esquivando los pozos que funcionaban como trabas inocentes bajo risas inquietantes de complicidad. Qué lindo era caerse en la tierra seca mientras jugaba al fútbol, que lindo ver esa primer lastimadura en las rodillas que te hacía sentir un fuerte guerrero romano, que lindo ver eso, apretar los dientes y limpiar el sudor de la frente para seguir dando batalla. Seguir dando batalla, quisiera qué esa frase hoy la sintiera tan propia como para enfrentar lo que sea, quisiera que hoy las lastimaduras que siento fueran un simple raspón o un insulso tropezón.
También me gustaría volver a las lluvias de verano bajo los árboles del monte, sentir el olor a menta y embarrarme hasta los codos. Pero carajo, ya no llueve hoy, ya no llueve y también soy yo el que la embarra sin necesidad de ensuciarme, yendo tras el refugio de los árboles.
Qué loco que la infancia no te la cuentan, qué loco que no te la adviertan.
El amor que sentía por los dibujos animados, y hoy te dibujo a vos bajo hojas arrugadas para sentirme animado de que aún estás ahí, en un trazo o en un trozo. Qué lindo y puro era correr en plena incertidumbre sin saber qué pasaría y hoy caminar asustado y tambaleando por querer escapar de lo inesperado por sentir la convicción de que al final hay noche con sabor a amargura. Y no me puedo olvidar de la serenidad de mi cuarto y mis ojos queriendo ver las pequeñas luces que se prendían y apagaban, de las luciérnagas inquietas y enloquecidas bajo estrellas que me hacían confundir al punto de querer tocarlas, y hoy, hoy espero la luz de mi celular que se prenda para ver si recibo señales tuyas.
Qué loco que el crecer no te lo cuentan, qué loco que no te lo adviertan.


lunes, 24 de febrero de 2020

Locura, ¿estás?

En una noche donde fresca son las hojas
qué mojadas están bajo el rocío y
penumbras de la maleza fértil, donde los largos
caminos sin final visibles se hacen fuertes,
donde tu voz y el poder de acciones es protagonista,
estás.
Estás formando la silueta de tu sombra
qué nunca pudiste controlar
y estás.
Estás dejándote llevar por las inquietudes
qué bailan en tu cabeza y atormentan la innecesaria
comesura de tus ojos
y estás.
Estás suspirando y apretando los dolores de rabia
para no escupirme en la cara que estás, estás
y ya no podes más.
Estás dispuesta a sujetar la locura que no da rienda
en tus manos y aunque tallos de rosas puedas agarrar,
es preferible sangrar por lo que ya se hizo,
qué seguir sujetando donde las espinas
llegan al corazón.

El nicho

Te invito a pasar
me dijiste
y no lo olvido más

abriste la puerta y yo todo loco y desesperado
por querer entrar ya, rompí la ventana
y no aguanté las ansias de querer descubrir el interior
y observar cada rincón.

Pará, tranquilo
despacio, por ahí no
y yo sonreí

el olor, tu olor y tu lugar tan vos que no lo imaginaba
de otra forma, tu olor y tu lugar
tan vos que el olor no lo sentía de otra forma,
tu lugar y tu olor tan especial (espacial) qué
me envolvió en el lugar tan vos, con vos
y los olores

¿Te gusta?
¿te querés ir?
confío en vos

tirados en el colchón, riéndonos porque sí,
besándonos porque sentimos y
abrazándonos porque vivimos

¿Te hago un café?
o ¿ya te vas?
quédate un rato más, dale

pareciera que te conociera desde siempre
y es que no, es qué no conocía nada de eso
y qué lindo te queda el brillo en los ojos
cuando me miras
y qué lindo mi corazón en su lugar
o en tu lugar
cuando me invitas a conocerlo y conocerte.

Pa siempre

Sucesos fugaces

He dormido tanto que ya
sueño no tengo
en realidad sueño que duermo para al menos
tener la esperanza qué en sueños
me veas durmiendo.
Ya no miro la hora del reloj para que el tiempo
sea continuo
pero también sueño que el tiempo debería dormirse
un poco, solo un poco
para soñar que tengo la capacidad de pararlo
y congelar cada segundo
mientras quedo mirándote en mis sueños.

miércoles, 22 de enero de 2020

Rayo de Sol

El falso triunfo de una noche esperada 
el puente roto de los árboles que florecían, antes 
un cielo oscuro, como sus ojos 
como mi corazón, blando.

Tierra que se escabulle en mis manos que ya no sujetan nada 
tierra que se mezcla con la sangre que gotea de mi nariz 
mi cabeza sintiendo el frío en la cíen 
mi cerebro pregunta ¿por qué?.

El arroyo que desborda agua turbia
el pasto que se prende fuego
las cenizas que ensucian mis zapatos
las huellas se desvanecen

Tu voz ya no la escucho
el viento que pasa y me empuja
los truenos que parten mis oídos
algunas brazas entre las cenizas que queman mis brazos
para ya no abrazarte.




lunes, 20 de enero de 2020

Acordes

Desperté dentro de un acordeón y
enredaDO entre polvo y teclas, me desaté
buscanDO la posición acorde para
sentarme, luego levantarme y enseguida
salir.
En un acordeón que entre acordes me
hizo comprender que mi vida era eso,
el desorden o en pocas ocasiones el "orden"
de acordes que yo mismo veía pasar.
Y es que FA no dejo de pensar en
las veces que la vida me puso LA palabra
REvolución y enseguida REvolví algún libro
para buscar el significado de eso y
cuando caSI estaba entendiendo MI
cabeza estalla en un sin fin de dudas que
no pude sostener y FA otra vez tu rostro
en MI, digo en mis ojos para cegarme
y DOrmirme en el sueño frió escuchando el
ruido de hormigas voladoras zumbando mis oídos.
Qué loco que LA menor de mis aventuras
sea LA mayor de mis conquistas
o que el SOL brille mas un DOmingo
sosteniendo las ataduras de una noche poderosa.

miércoles, 1 de enero de 2020

Caminos

No sé por donde comenzar, no sé si el comienzo sea el principio de algo o el final de un comienzo esperado. El tiempo nos dirá si ésta vez la razón de ser quienes somos nos juegue esta decisión de saber porque somos ésto. Las estrellas que ayer iluminaban nuestras caras al mirarnos, hoy nos marcarán el camino del ya no vernos más, porque a eso llegamos. Al repudio de no seguir caminando juntos, al repudio de no seguir percibiendo nuestras sombras.
A veces pienso que cada abrazo fué un tesoro encontrado en el momento justo, de esos que el tiempo se para y no existe aguja del reloj que determine un tic tac final. Yo moría por irme de viaje y ahora me di cuenta qué estaba en uno, recorriendo cada sendero, recoveco y sitio de tu cuerpo. Ahora me doy cuenta que ya no quiero descubrir más nada, latidos de tu corazón que hicieron llevar a mis oídos las tormentas más caudalosas. Y tus ojos, tus ojos que me hicieron ver los espejismos en desiertos donde si había agua, salada y agria agua que caía por tu delicado rostro haciendo así una cascada tan elocuente como las caricias que me daban tus manos. Onetti, Cortázar y a veces Galeano fueron motivos de charlas y recomendación para que me recuerdes mientras los leas, sé que lo harás en algún momento, sé también que cada momento que te lleve a mi te traerá a vos, los olores de locura de nuestra energía electrizante, determinante (o nó) y por por momentos cósmica.
Supongo que perdonar debe ser de las acciones más honestas, directa y sentida que puede tener una persona para con otra, perdonar es una acción divina y equivocarse un error que por cierto, puede ser crucial en éstos tiempos donde el odio está volando por todos lados, donde la falta de empatía carece de fuerza y donde el amor, el amor es tan desvalorizado que da miedo amar a alguien.
Te quise cuidar tanto, que olvide cuidar mi casa y cuando digo casa, hablo de mí, hablo de mi cuerpo y mi cabeza que muchas veces fué una chimenea de esas que el humo entra hacia adentro y es imposible encender porque en su interior está tupida de basura. Sí, por momentos fuí eso y no me di cuenta de abrir la puerta de mi casa para que entraras y me dieras un empuje de respiro, un empuje de “te abrazo” aunque las ventanas me cierres.
Creo que el techo de mi casa está goteando de una manera incontrolable hace rato y no puedo conseguir tapar los agujeros, hay una tormenta que me espera afuera, y es por eso que no quiero salir. Creo que le pondré tablas a las ventanas, taparé la poca luz que aquí pueda entrar y en la puerta cambiaré la cerradura.
Y qué jodido y escrupuloso puede ser el amor a veces, eso de considerar a alguien como la otra mitad de tu poder de sentir, que loco que alguien pueda convertir tu tristeza en el más lindo amor, que loco creer en el amor y creer que con el amor todo puede estar mejor. Y qué pena que te hayas ido sin saludarme, que te hayas ido y no hayas mirado atrás para tirarme esa sonrisa cómplice que muchas veces me salvó. La esperaba y no la ví. Quizás esa era la forma de despedirte de casa, quizás la forma más cruda y frívola era esa.



Creo que terminé, ya no veo la luz
creo que terminé, ya no escucho tu voz
creo que terminé, ya no siento tu perfume
creo que terminé, ya no toco tus manos
creo que terminé, ya mis labios no tienen gusto a vos

tirá de la cuerda de recuerdos cuando quieras recordarme, acuérdate
siempre vuelve
mirá la rambla, la tormenta y la espuma de la cerveza, acuérdate
siempre estoy.